El cuadro parisino igualó 1-1 con Barcelona en el partido de revancha y con un global de 5-2, se instaló en los cuartos de final del certamen continental.
El partido arrancó con los culés lanzados directamente a la ofensiva. Con las líneas bien adelantadas y la presión alta, la cancha se inclinó de inmediato hacia el arco de Keylor Navas que en los primeros 25 minutos tuvo bastante trabajo.
A pesar del claro dominio de la escuadra de Ronald Koeman, el PSG encontró con una situación ideal a la media hora de duelo, luego de que Lenglet pisó accidentalmente a Mauro Icardi en el área y tras revisar la acción en el VAR, el árbitro cobró penal para el local. Mbappé se hizo cargo de la ejecución y cambió la falta por gol con un derechazo cruzado al ángulo, inatajable para Ter Stegen.
Parecía que los parisinos tomarían el dominio del encuentro, pero Lionel Messi sorprendió a todos. El argentino aprovechó el espacio para desenfundar un tiro de media distancia que se clavó en un ángulo superio izquierdo de Keylor Navas. Ese tanto renovó las energías de su equipo y en apenas unos minutos generó un puñado de ocasiones que obligaron a lucirse al ex arquero del Real Madrid.
Pasaban los minutos y al final de la primera parte, Messi tuvo en sus pies la oportunidad de ejercer mayor presión sobre el PSG y empezar una voltereta épica en el momento en el que asumió la responsabilidad para patear un penal que el juez cobró tras una clara infracción de Kurzawa sobre Antoine Griezmann. En esta ocasión, no estuvo preciso y fue Navas el que con sus piernas le ahogó el grito y dejó el marcador 1 a 1 en el primer tiempo.
En el complemento el trámite del partido fue similar, aunque el PSG acomodó sus líneas en el fondo y evitó que el Barcelona le generase peligro por todos lados. Keylor Navas volvió a ser la gran figura al tapar algunos disparos. Así, el Barcelona queda eliminado de la Champions League en octavos de final, algo que no sucedía desde el 2007.