A 68 años del triunfo de “Mateo” Flores en la maratón de Boston

Don “Mateo” Flores ganó hace 68 años la maratón de Boston, un hecho inigualable hasta la fecha en Guatemala, que todavía recuerda con orgullo a este humilde deportista que dejó su huella imborrable en el deporte nacional e internacional.

Doroteo Guamuch Flores, más conocido como “Mateo” Flores, deslumbró a propios y extraños un 19 de abril de 1952 luego convertirse en el primer latinoamericano en ganar la Maratón de Boston, lo que continúa más vigente que nunca.

Don “Mateo” ganó en forma brillante la edición 56 de la prestigiosa maratón el 19 de abril de 1952 con un increíble registro de dos horas, 31 minutos y 53 segundos (2:31:53), que se convirtió en el mejor récord de Guatemala durante 17 años hasta que Julio Quevedo lo rompió el 5 de noviembre de 1969.

Gran victoria
Doroteo tuvo que hacerle frente a rivales de alto nivel competitivo y a un complicado trayecto, el cual se terminó de complicar con una candente temperatura de 33 grados centígrados que generó una enorme humedad.

El atleta nacional no partía como favorito en la prueba, pero conforme se fue desarrollando la competencia se apoderó del primer lugar en forma contundente y clara, a tal grado que logró sacarle cinco minutos de ventaja al segundo lugar, el neoyorquino Vic Dorgall.


El estadounidense intentó aguantarle el ritmo al atleta nacional, quien en los últimos kilómetros generó un endemoniado ritmo que terminó con las aspiraciones de Dorgall, quien se fue quedando y viendo como el guatemalteco el arrebataba el triunfo. ¡Fue algo espectaular!.

El triunfo del destacado atleta generó una enorme euforia en toda Guatemala y en los medios de comunicación que no daban crédito a la hazaña de Doroteo.

“Mateo Flores, el campeón, representa en adelante un símbolo para la patria, Guatemala. Se ha ganado un título único en nuestra historia deportiva, es además u trabajador modesto, de ejecutoria ejemplar, por todo lo cual se ha hecho acreedor a los más altos galardones que su pueblo puede ofrecerle”, escribió el periódico “Impacto” luego de la gesta conseguida por el atleta.

Merecido recibimiento
Las autoridades de gobierno y deportivas respondieron a las expectativas y le dieron el justo valor al triunfo de don “Mateo” y le brindaron un apoteósico recibimiento junto a los otros dos atletas más que compitieron en la Maraton, siendo Luis Velásquez, quien ocupó el tercer puesto, y  Guillermo Rojas que se situó en el puesto 27.

Miles de personas recibieron en forma merecida a los atletas nacionales, pese a que tuvieron que esperar más de cinco horas y soportar una copiosa lluvia,  pero al final pudieron festejar junto a los destacados y espectaculares deportistas nacionales.

Las autoridades bautizaron con su nombre el estadio nacional, el escenario deportivo más importante del país que inicialmente llevaba el nombre de estadio Revolución.

Velásquez, otro grande
El tercer puesto de esa Maratón de Boston fue para el también guatemalteco Luis H. Velásquez, quien redondeó magistralmente una histórica e inolvidable jornada para el deporte guatemalteco.

La buena actuación de “Mateo” Flores y Luis Velásquez se complementó con el también nacional Guillermo Rojas, quien se ganó el reconocimiento de todos luego de participar con una apendicitis, pero aún así no abandonó la competencia y tras llegar a la meta y ubicarse en el puesto 27 fue trasladado de emergencia a un hospital, donde fue intervenido quirúrgicamente.

La gesta lograda por Mateo Flores fue grande y monumental, ya que se convirtió en el primer latinoamericano en ganar la Maratón de Boston, hazaña que fue igualada hasta en 1971 por el colombiano Álvaro Mejía, quien se convirtió en el segundo en lograrlo.

Una personaje ejemplar
Doroteo Guamuch Flores, quien nació el 11 de febrero de 1922 y falleció el 11 de agosto de 2011, no solamente fue un gran deportista, sino también un ser humano ejemplar.
El atleta nacional se dio a conocer en toda la región luego de ganar la Maratón de Boston, donde las personas empezaron a conocerlo como Mateo Flores, luego de que un cronista estadounidense que cubrió el evento atlético no pudo pronunciar bien su nombre y por eso era conocido como “Mateo”.

En 2016 el nombre del estadio nacional se cambió a Doroteo Guamuch Flores, ya que luego de su triunfo en Boston las autoridades le rindieron honor bautizando con su nombre el máximo escenario deportivo del país como Mateo Flores.

Sus padres, don Lureano Guamuch y María Flores, le inculcaron el espíritu de lucha desde muy niño, ya que formaban parte de una familia muy humilde, que con muchos esfuerzos salió adelante.

Con mucha dedicación se graduó de profesor de Educación física, profesión con la que le dejó un legado importante a muchos jóvenes deportistas que dirigió hasta su retiro.

Grandes logros
Antes de triunfar en la maratón de Boston, “Don Mateo” ya había ganado la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1946 en Barranquilla, Colombia en las modalidades de Medio Maratón y cinco mil metros planos-

También ganó la presea dorada los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1950 disputados en Guatemala en el Medio Maratón y en los 10 mil metros planos.
En 1952 obtuvo el memorable triunfo en Boston y ese mismo año fue el abanderado nacional de la delegación que participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki, donde se ubicó en el puesto 22 de la Maratón.

En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1954, en México, ganó el segundo lugar en los diez mil metros y el primer lugar en la categoría de cinco mil metros y en la Maratón.

Por si esto fuera poco, en los II Juegos Panamericanos de 1955 obtuvo la medalla de oro en la Maratón, convirtiéndose en el primer medallista panamericano de Guatemala.

Rey de la Max Tott
En el ámbito local, “don Mateo” ganó en sietes oportunidades el medio Maratón Max Tott entre 1943 y 1953, que es conocido como la carrera de los barrios y uno de los eventos atléticos más importantes del país.

Se vio en la necesidad de retirarse del atletismo luego de que sufrió un accidente en motocicleta en 1957, el cual le produjo una severa lesión en la rodilla.