El club blanco sufrió como se esperaba, pero logro batir la red del Valladolid tras un agónico gol de Nacho.
La ocasión de dar un golpe en la mesa de la liga mostró una nueva versión de Zidane, indescifrable. Presentó un equipo con poco área, con Isco en la punta del centro del campo y Rodrygo junto a Benzema. Además, ausentes los extremos (Carvajal, VinÃcius y Marcelo), tampoco se abrÃan más opciones que la combinación en corto o el balón parado. Pudo salirle de lujo en la primera llegada clara del primer tiempo, el golpe franco de Kroos y el remate de Casemiro. El VAR tiró la lÃnea, revisó músculos, tendones y huesos para determinar que el brasileño estaba en fuera de juego y mantuvo el 0-0.
Tardaba en hacer los cambios Zidane, como es costumbre. Lucas llevaba un buen rato calentando y en las quinielas aparecÃa como candidato a la sustitución Nacho. Prefirió el técnico francés mantenerle y retiró a Isco para ganar peso en las bandas.
Resultó una decisión clave, porque en un córner desde la derecha se mantuvo el improvisado lateral en el área, templó Kroos y conectó un cabezazo estupendo, cruzado, imposible para el portero. Nacho corrió a abrazarse con su técnico, como si el tanto fuera relevante para el tÃtulo.