Hungría sorprendió al campeón del mundo y le sacó un empate (1-1) por la segunda fecha del Grupo F de la Eurocopa.
Hungría salió con descaro a jugar, sin temer al campeón del mundo ni especular con el resultado. A su favor tenía el apoyo incondicional de los más de 60.000 aficionados del Puskás Aréna y en contra los 35 grados que castigaban su fútbol peleón basado en el físico.
Con el paso de los minutos y bajo un sol despiadado, Francia fue creciendo a medida que los húngaros se desfondaban y aguardaban su oportunidad a la contra.
Entretanto, los húngaros sufrieron la primera víctima del calor: el veterano capitán, Ádám Szalai, de 33 años, se retiró del campo tras parecer mareado después de un golpe. La baja del delantero era un mazazo para los suyos por su entrega absoluta.
Francia jugó entonces unos minutos de gran fútbol y no marcó por falta de puntería. Y justo entonces llegó el gol húngaro en el descuento de la primera parte.
En una contra Fiola se plantó en el área tras una pared con Sallai, Varane llegó tarde y el carrilero definió ante Lloris poniéndola al palo con la sangre fría de un delantero. Primera ocasión, primer gol de Hungría. Y primer tanto encajado por Francia en los últimos seis encuentros.
En la segunda mitad los de Didier Deschamps salieron con una presión adelantada, aunque los centroeuropeos no se arrugaron y respondieron con contras cargadas de veneno.
El empate francés llegó en una jugada afortunada. Lloris sacó un larguísimo saque de puerta que la defensa húngaro no supo atajar, el balón llegó a Mbappé, que centró raso, pero tras un rechace de un defensa el balón quedó muerto y Griezmann marcó a placer.
El partido fue entonces de ida y vuelta, con los húngaros buscando sus opciones y sin especular con el marcador, tratando de jugar, pese a sus limitaciones, y plantando cara a los campeones del mundo.