Tokio, la atracción

El país anfitrión de los Juegos Olímpicos espera organizar unas justas inolvidables y que estén a la altura de las expectativas para no defraudar a nadie.

Nunca se sabe qué puede pasar y a veces las expectativas son tan elevadas que después vienen las decepciones. 

Pero difícilmente en el Estadio Nacional de Tokio, el epicentro de los Juegos Olímpicos del 2020, se verán carteles improvisados y escritos a mano colgando de las paredes minutos antes de la ceremonia inaugural.

 Estas escenas surrealistas se vivieron en Río 2016, una auténtica pesadilla para el Comité Olímpico Internacional y unos Juegos que, a nivel organizativo, dejaron muchísimo que desear. Claro que contaron con los gigantes Usain Bolt y Michael Phelps, reyes del mundo de los cinco aros y que ya están retirados.

En Tokio el COI quiere quitarse la espina y sacar adelante con nota unos Juegos que se espera que sean ultramodernos y tecnológicos en una tierra que presume de estar a la última en este apartado. Para ello ha preparado una familia de robots que pueden sorprender al personal. Hasta las mascotas tendrán una versión robotizada.